La noche anterior me la pasé con contracciones, incluso pensé que de ahí ya no pasaba, que me faltaban muy pocas horas paras entrar al hospital y verle la cara a mi pequeña fierecilla.
Pero no fue así, me dormí y descanse plácidamente toda la noche, me desperté decepcionada, pues faltaban cuatro días para cumplir las 42 semanas de mi embarazo, y no me atraía la idea de que me lo provocaran.
Esa mañana me visitó la ginecologa y me dió hora para provocarme el parto, y milagrosamente esa tarde volvieron las contracciones, tanto que a las 11 de la noche ya estábamos en el hospital con mis dolores, dolorosísimos cada 3 o 4 minutos, estuve en el paritorio horas, incluso pensé que quizás había acudido demasiado pronto, pero en fín ya estaba allí, y no me iba a ningún lado sin mi pequeña por fin en brazos.