Riesgo de Preeclampsia, segundo embarazo

No se que tienen mis embarazos que siempre me los catalogan como: Embarazo de riesgo.

Al primero le tocó a la Diabetes Gestacional ( hablé de ello aquí), una diabetes un tanto peculiar porque, en resumidas cuentas; el O’sullivan y la curva de glucosa salieron alteradas, pero en cambio por mucho dulce que tomará nunca jamás tuve una glucemia fuera de parámetros normales, aún así se suponía que yo era una paciente Diabética.

Y ahora en mi segundo embarazo le ha tocado el turno a la preeclampsia, la verdad da un poquito me dió algo más de respeto oír eso, porque sabía que podía llegar a ser más grave.

La preeclampsia se caracteriza por hipertensión arterial (HTA) y la presencia de proteínas en la orina, como consecuencia de la HTA ya que va dañando los riñones. Y si no se controla pueden ir apareciendo complicaciones y poner en peligro a la gestante y al bebé.

Las características de las personas propensas a desarrollar la preeclampsia en un segundo embarazo, son:

  • tu primer bebé nació prematuro
  • tu primer bebé nació demasiado pequeño en relación a la duración del embarazo (pequeño para la fecha)
  • eres diabética
  • eres de la raza negra
  • tienes hipertensión crónica
  • tienes mucho exceso de peso

Yo creía que no coincidía en ninguna característica pero, me llevé una gran sorpresa cuando “supe” las razones por las cuales estaba catalogada (otra vez) de embarazo de riesgo, y la mayor era que mi hija había sido pequeña al nacer (pesó 2.870g) para la edad gestacional (estaba apunto de cumplir las 42 semanas de gestación), algo que en el momento del nacimiento nunca me comentaron, de hecho nunca estuvo en incubadora, ni el pediatra me comentó jamás nada sobre el peso de mi hija. Es más siempre me dijeron que estaba dentro de la normalidad.

La segunda razón nunca la he llegado a descubrir, se supone que en la primera ecografía hay algunos valores que combinados con el peso de mi hija al nacer, hacen que sea una candidata a padecer preeclampsia ¿y que valores? pues, no los se, por mucho que pregunto todos los ginecólogos me dicen que está todo bien, que el bebé crece normalmente y que no hay ningún problema, y la verdad por mucho que investigo no logro encontrar “un caso como el mío”.

El desenlace de todo este lío está siendo que debo medicarme diariamente con Aspirina infantil.

En un principio me negué en rotundo a tomarla, como no entendía las razones por las que me la debía tomar (las veía muy abstractas), tardé más o menos un mes en “ceder”, hablé con otro ginecólogo y me dijo que no le iba a afectar en nada a mi bebé el que yo tomara la Aspirina, así que empecé a medicarme, la verdad que me encontré en una situación un tanto rara, ya que por una parte no lograba entenderlo y por otra estaba siempre tenía en mente que si no la tomaba quizá algo le pasaría a mi bebé.

Así que vuelvo a ser una embarazada de riesgo, haciendo una vida 100% normal, no tengo que hacer ninguna dieta, ni reposos, ni ejercicios especiales,etc. Si tomarme la famosa pastilla (que por cierto esta bastante buena 😉 ) que no me priva de nada y que además no me ha dado ningún efecto secundario.

La parte positiva que saco de todo esto, es que me hacen más ecografías, así que tengo mas fotos de mi bebe antes de nacer, y confieso que si tuviera un ecógrafo en casa estaría a todas horas intentando verle la carita :).

Y a vosotras ¿os han catalogado de algo no habéis llegado a entender durante vuestro embarazo?

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Mi «supuesta» diabetes gestacional, alteración en el embarazo

“En la gestación normal existe una situación de insulinoresistencia, compensada por un aumento de la secreción pancreática de insulina. Tras la expulsión de la placenta se produce un descenso brusco de las necesidades de insulina. cuando se rompe el equilibrio aparece la diabetes gestacional, que se define como aquella diabetes que se diagnostica por primera vez durante la gestación.”

Aunque no paro de repetiros que he tenido un embarazo estupendo, la verdad, que a apesar de las incomodidades habituales del tercer trimestre, creo que no tengo derecho a quejarme (aunque a veces lo haga, démosle la culpa a las hormonas 😉 ). Solo ha habido una piedra en mi camino y es que a las veintiocho semanas de gestación me diagnosticaron diabetes gestacional.

Para ello tuvieron que hacerme (como a todas las embarazadas) la famosa prueba: el Test O’Sullivan, que consiste en realizar dos analíticas en un mismo día con diferencia de una hora, te hacen la primera y seguidamente te dan un jarabe (que no es por desanimaros chicas, pero esta muy malo, por muy dulce que sea) es como un zumo, consiste en una sobrecarga de glucosa de 50 g, y a la hora de haber probado este “delicioso manjar” te vuelven a hacer otra analítca, con ella sabrán, cómo ha tolerado el cuerpo esta sobrecarga de glucosa.
Y se ve que ese día mi cuerpo no toleró bien el jarabe, y mi analítica resultó alterada, debía estar por debajo de 140mg/dl y no fue así. Cuando vi el resultado me decepcioné bastante, pues todo me estaba yendo demasiado bien, pensé. Pero tenía la esperanza que en la siguiente prueba que se hace, para la confirmación del diagnóstico, saliera negativa. Sigue leyendo